"El pasado martes 28 de Octubre tuvimos la ocasión a través del Club Empresarial ICADE de asistir a una mesa redonda sobre la situación actual (la llamada crisis) y las medidas a disposición de los empresarios, en concreto sobre las medidas bajo el paraguas de la nueva Ley Concursal.
Las ponencias congregaron a diferentes profesionales que aportaron luz a varias de las cuestiones implantadas ahora en el seno de la ciudadanía, de los ejecutivos y empresarios ante la toma de decisiones.
Todos los ponentes coincidieron en la bicefalia de la crisis actual Española. Por un lado, la crisis financiera mundial que provoca falta de liquidez en lo mercados y con ello, la volatilidad y bloqueo que estamos viviendo en los últimos tiempos. Para algunos el fin del capitalismo como lo conocemos hoy en día y una crisis con la etiqueta “made in USA” –Paul A. Samuelson-.
Asistimos a un sin fin de planes de salvamento puesto en marcha por los gobiernos internacionales. Éstos van encaminados fundamentalmente a asegurar las posiciones de los bancos, restaurar la confianza y tratar de resolver la falta de liquidez existente en los mercados.
Por otro, la crisis de la economía real Española, reflejada en diferentes indicadores: Crecimiento del paro, crecimiento mínimo e incluso negativo del PIB (para el próximo trimestre), reducción del consumo privado, de las inversión de bienes de equipo y mínimos históricos en los índices de confianza de consumidores y comerciantes.
Entrando un poco más en este segundo punto descubrimos una crisis española apalancada entre otros, en los siguientes aspectos:
◦ La crisis inmobiliaria, con un crecimiento desmedido sin demanda suficiente, lo que ha provocado un gran stock de viviendas en zonas para las que no existe demanda. Vivimos las consecuencias de un mercado saturado con unos precios excesivos (alto endeudamiento de las familias). Recordemos que este sector aporta tradicionalmente 17-18% del PIB Español.
◦ Los despidos como herramienta de reducción de costes. Tradicionalmente España crea más empleo en ciclos económicos altos y destruye también más en ciclos como el actual. La tasa actual de paro queda establecida en el 11,9%, después de una subida en septiembre de 4 décimas, el incremento más fuerte en toda Europa y que según todas las predicciones empeorará en los próximos meses.
◦ Negociaciones colectivas desmesuradas sin relación con la situación de mercado (subidas de 5,5% en 2008) y falta de flexibilidad laboral, son varios de los motivos que influyen en las comentadas deslocalizaciones.
Cuando se puso en marcha la nueva Ley Concursal el objetivo era poner a disposición de los empresarios una herramienta para la reestructuración de sus compañías, pero la realidad arroja conclusiones muy alejadas del objetivo inicial. La generalidad se acoge al actual concurso con el principal objetivo de evitar la responsabilidad (administradores), no por la búsqueda de planes de viabilidad coherentes para sus empresas.
La datos siempre objetivos nos dicen que aproximadamente el 95% de la empresas que presentan concurso acaban en liquidación. La falta de financiación, la pérdida de imagen y los problemas para obtener pagos de los clientes, de las empresas en concurso, hacen que la vida después del concurso sea demasiado complicada. Si bien aparecen otros beneficios como la minoración de la deuda (quita), pero hay que considerar que la preparación del concurso también tiene un coste.
Con todo ello, parece recomendable tratar de anticiparse a una situación concursal, tratando entre otros, de adaptar oferta a demanda, analizar todo lo que afecte al consumo del circulante, potenciar la labor comercial (diferenciando los productos, etc.) y reduciendo gastos (estructurales, etc.). Actualmente es importante saber que con el incremento de demanda los plazos para la aprobación del concurso se están dilatando.
En lo referente a financiación es importante destacar, como norma general, el alto grado de de endeudamiento de las empresas españolas y por tanto su poca capitalización. Es la hora de la reorganización financiera y para ello es importante sentarse a negociar con las diferentes partes implicadas aportando toda la información disponible actualizada, incluidas las distintas valoraciones a precio de mercado actual.
Para finalizar y en lo que a la reorganización de empleo se refiere, los conocidos Expedientes de Regulación de Empleo, que actualmente ya no gozan con tan mala imagen. Se pueden diferenciar dos tipologías.
1. ERE, en el que podemos diferenciar de Extinción y de Suspensión. Éste último especialmente indicado para ajustes frente a la demanda, como por ejemplo en la automoción, y con el que tampoco se consiguen ahorros excesivos. En ambos se debe contar con un tiempo orientativo de negociación de 2-3 meses.
2. El bautizado por uno de los ponentes como EREC (C de consursal), en el que el timing queda reducido a 30 días, por lo que los plazos de negociación entre empresa y empleados (sindicatos) quedan perfectamente acotados. En caso de no existir acuerdo el juez lo resuelve.
En este caso es también recomendable mirar a otro tipo de negociaciones que permitan incrementar la flexibilidad, variabilizar salarios (por ejemplo, autónomos o sistemas de retribución variables) y costes fijos (outsourcing). Actualmente ya se están poniendo en marcha iniciativas para el descuelgue de los convenios colectivos, persiguiendo de esta forma los objetivos anteriormente mencionados.
A buen seguro que todos y cada uno de los aspectos mencionados en las ponencias serán objeto de numerosos artículos en los próximos meses. Parece claro que nos encontramos ante una situación sin precedentes en la que todavía nos hayamos inmersos sin conocer muy bien su alcance y soluciones, por lo que la capacidad de adaptación y el optimismo serán pilares básicos en los próximos tiempos".
FERNANDO GARCÍA-MONTEAVARO
ASOCIADO CLUB COMILLAS POSTGRADO